martes, febrero 9

Y ya no tengo... digo ya no existe la 17.

Éste fin de semana si que fue raro, de hecho apenas siento regresar hoy al mundo real. Estuve, por asi decirlo, de viaje. En pequeñas cosas te vas dando cuenta que inevitablemente creciste y las cosas cambian muy a pesar de quien sea.
Todo empezo el jueves pasado en la noche cuando fui al centro por la noche y debía regresarme de ahí en camion a mi casa, en la ruta 17 que era mi santo grial de movilización de la Del Valle. Como pensando que nada cambio, cual si aun tuviera 17, y siguiera surfeando la ciudad entre camiones y apretujones, yo esperaba en Lopez Mateos en esa misma parada aquella tiendesilla de chicos "rocker/anarquistas/grunge". El tiempo transcurria, todo era realmente igual, sin embargo, la ruta no pasaba pero aun asi segui esperando. Pareciera casi que aun me veia con mi uniforme de colegiala, unos cuantos kilos menos, sin swetter, mis enoooormes tacones OZONO y la mochila a un hombro... pero el camion aún no pasaba.
Recorde de aquel día que saliendo de trabajar del Palacio Municipal vi como si fuego se comiera el cielo, en un impresionante atardecer con nubes, en el callejon de Nieto tras el Teatro Morelos y no tuve mas remedio que detenerme a ver tal espectaculo que sólo yo disfrutaba, todos los demas seguian en su mundo agitado.
El camión no pasaba...vi mi reloj, el mismo que uso desde esos días, era tarde y empezaba a pensar en la posibilidad de irme en taxi pero mi ferreo momento de melancolia me hizo seguir esperando. Eché otro vistazo alrededor, todo seguia igual. El hotel de mala muerte, la compra-venta de oro, la tienda de articulos de estética, la señora del carrito de frituras, los chavos en uniformes... pero de la ruta, nada.
Sentada en el mismo lugar, recorde de las horas interminables que llegué a pasar ahí con buenas compañias que hacian el conocido"esta lleno... pues me espero al otro, tú sigueme platicando" para alargar unos minutos más ese coqueteo inocente.
Ya era definitivamente tarde, por fin pregunte si la 17 iba a pasar o algo y retumbo en mis oidos " No, esa ruta ya no existe. Tiene mucho que no"

¡CRASH!

Regrese a verme con mis lentes, pantalon de vestir, zapatos sin tacon, mi bolsa de mano y una enorme chamarra por que ya no aguanto el frío.... dentro de un Taxi, por que caminar tanto impensable.

2 comentarios:

  1. ¡Aleluya!

    Eso lo entiendo.

    Ni hablar, así se van las rutas, y hay que agarrar taxis.

    Un abrazo (o 17).

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  2. Ahora tambien vi con pesar como deshacen " El Granero" de las Americas...

    Tantan

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