Éste es, para mí, uno de los mejores conciertos de los últimos años yo que soy una viejita encerrada en cuerpo de veinteañera, y en días como este nublado, lluvioso y deliciosamente frío es inevitable que salga mi romanticismo de closet. A mí no me inspira la playa, ni el sol.... o algún bello paisaje, o la luna por sí sola sino su luz que llega a cualquier rincón o siquiera me inspira la lluvia en sí es más bien su olor y como se siente en los huesos. Sobre la lluvia he besado, escrito, dibujado y fotografiado pero como captas el olor, ese sólo queda en la memoria y únicamente lo vuelves a sentir cuando llueve de nuevo, y llover no puede ser cuando nadie quiera más que ella misma y eso la hace aún más perfecta.
La lluvia es la caprichosa por excelencia,
no tiene agendas como la luna que no puede faltar cada noche,
ni tiene horarios como alguna cita y mucho menos espacios
como la playa que nunca tiene a donde ir.
La lluvia viene y va cuando quiere,
se presenta como y cuando quiere,
castigando por su ausencia o por su tupida presencia
a fin de cuentas la lluvia hace lo que le plazca.
Como alguna vez ya lo dije... yo quisiera ser lluvia.
