lunes, abril 26

Confesiones

Ese día sentía la cabeza ligera, caminaba por el centro, el agetreo y penetrante sol de medio día a cuestas me tenia al borde de un colapso de nervios.


Vi al muchacho de las gelatinas del andador, al que siempre me prometo a mi misma saludarle un día... como me llama la atención el hombre... pero otro día será, pensé.


Mi mente divagaba más de lo que quería, la gente empezó a revolotear en mi cabeza y el mundo daba vueltas, y de pronto... mis ojos dieron con él. El mundo se detuvo.


Le tome en una mano y sabia inmediatamente que se iria conmigo, ya en casa lo tome por uno de sus pliegues... despacio, esto habia que disfrutarlo... el brillo de su interior lo delataba, su característico olor llenaba cada punto de mis fosas nasales. Todo era completamente exitante y sensual.


Lo introduje en mi boca, mi saliva cubrió lo que habia logrado meterme sin molestar a mi galillo. Una cosquilleante sensación de calor inundo mi paladar, mi lengua masajeaba, mis dientes se movian...

¡AAAAAAAAAAH!


No puedo creerlo... ¡LO HICE!..... Me comí un chocolate.


4 comentarios:

  1. y luego si no se curan culpan al médico... me gusto tu post ;)

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  2. jajajajaja

    ¿será "lo introduje"?

    Muy bonito. Bien por darte escapada del tratamiento; total, tú trata y miente.

    Siempre es culpa del doctor. Tiene que preveer, como House, que los pacientes mentirán, se escaparán y se saldrán con la suya.

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  3. Daniel:
    no, la culpa no es del médico... ES DE MI MAMÁ ME HIZO MUY DEFECTUOSA.

    Pero la culpa jamas será mía...(como buena gringa) :P

    Pepe:
    Pues adentro estaba, el punto es ese.

    Ya lo cambie, gracias.

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  4. Creo que tu futuro es ser escritora de televisa algo asi como para la CHAVELAAAAA jojojo

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