El perro curiosito y feo que brincaba... a mis tobillos, era tan diminuta que cabía en una de mis manos.
La tomatona lagañuda, siempre tenía la lengua de lado y ningun diente al frente.
Que en más de sus 13 años aun corria de gusto a la puerta, al oir mi carro llegar a casa.
A mi espantosamente bella Peque, uno de los tantos perros en mi haber... pero de los pocos con los que he compartido una buena siesta.
EL ÚNICO CHIHUAHUA QUE QUERRÉ EN MÍ VIDA.
... ADIOS MI PEQUE...
Lástima del pendejo que hizo que te fueras, yo pensaba que eras inmortal... pero Munra sí puede morir. Ahí va otro cacho de mi infancia...
Te acompaño y te abrazo.
ResponderEliminarPEEEEEEEEQUEEEEEEE!!!!!
ResponderEliminarAAAAAAAAAhhhhhh
no somos nada peque no somos naaadaaaa!!
Solo en nuestro recuerdo vivirá.
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